¿Te reprocho o me hago cargo de mi niña interior?

¿Te reprocho o me hago cargo de mi niña interior?

Es curioso cuando una persona tiene la posibilidad de echarle una bronca a otra. Se mueve una relación de poder que a veces no está nada clara. Los padres pueden si lo desean reprimir a sus hijos pequeños, adoctrinarlos, controlarlos, y someterlos a castigos. Cuando esto ocurre entre dos personas adultas es un fenómeno muy curioso si lo consigues mirar desde una perspectiva neutral y alejada de la situación.

Sólo te puedo echar una bronca, ponerte en crisis, cuestionar tu modo natural de ser, invalidarlo, amenazarte, hablarte mal, maltratarte… si resuena con tu propia bronca interna, tu juicio, tu invalidación, tu automaltrato, tu inseguridad a ser amado por lo que eres, tu falta de hábito interno de amor propio por lo que eres, no por lo que haces o demuestras ser.

Te cuestiono con rabia y esto toca un botón dentro de ti de reactividad, justificación, defensa, y generador de perturbación que al final te toca digerir a ti en tu propio organismo, y transitar un rato de desagrado aún finalizada la conversación.

Me he propuesto no emplear ni un ápice de mi energía en meterme en perturbaciones a dúo y voy a ser absolutamente leal con el cuidado de mi foco.

Esta determinación me ha llegado después de una bronca con un compañero y a través de la compasión del corazón.

Pude permanecer en la templanza y no sentirme provocada en la visceralidad. Yo soy muy visceral con lo cual esto es un logro de la energía. Esto me permitió tiempo ralentizado para observar lo vapuleado que se sentía mi interlocutor por mi reproche.

Reprochar, echar en cara con juicio…

Si yo te reprocho, tú te sientes reprochado ¿y cuál es el problema? ¿quieres ser intachable, inmaculado, impecable todo el tiempo? ¿quieres sentirte amado a través de la aprobación incondicional, del reconocimiento y reaccionas con ira cuando recibes lo contrario?

Cuando cortamos la comunicación después de atravesar la ola emocional en cada detalle, pensé, me habla en plural porque vive la bronca que le echa lo femenino, como si llevara un cartel en la frente que dijera “si es mujer vierta su reproche en mi, por favor, para que yo pueda reaccionar y expresar mi ira acumulada” Cada día una sesión de azotes, para actualizar el maltrato de la infancia de niño reprendido por mamá y traicionado por ella al entregarlo a la ira castigadora de papá.

No quiero contribuir a esto y quiero salirme ya. Estoy fuera. No quiero leer la historia personal de los niños varones maltratados y acercarme a ellos a tocarles los botones de la regresión a la infancia. Son patrones densos y pegajosos, me atrapan porque me resuenan, y acabo en la expresión de reproches a una persona libre que no me debe nada. Cuando entro en el reproche yo me convierto en una víctima de las acciones que realizan los demás, las que me elevan o me hunden, poniendo mi atención y mi poder en algo externo a mí.

Quiero hablar con mis reproches y comprender cómo puedo darles mi atención para que no vayan tocando botones a la persona que me ama, y que por este motivo conviertan el espacio amoroso en un espacio de desconfianza.

Qué hago con eso que espero de ti y no llega cuando lo deseo, no me complace, cuando me lo das ya no lo quiero o lo recibo con absoluta neutralidad porque no ha sido una respuesta a mi impulso vital de deseo cuando se originó.

Queda al descubierto mi niña en la carencia. Esa que no tengo integrada del todo porque en mi identidad me conté que en mi infancia fui feliz y tratada como una persona inteligente por papá y mamá.    

Abrazo a la niña ahora. Quiero darte algo que te guste mucho.

-Un paseo por el campo y buscar piedras para el Temazcal.

A mi niña le encanta el Temazcal. Se siente de nuevo en el útero y recupera toda la salud, rodeada de su tribu, en la oscuridad del interior, con las abuelitas que calientan la cúpula y nos hace sudar y aligerar.

Esta actividad le encanta a mi niña. Es de esas actividades que la niña interior está incluida en la realización profesional de la adulta con lo cual la satisfacción es real.

Qué curioso investigando sobre mi reproche he llegado aquí: a la niña interior y mi relación con ella.

No más escapatoria de atender esta parte de mi. Por eso en esta etapa de mi vida he elegido la soledad en cuanto a que no busco vinculo de pareja. Ya basta de perpetuar el maltrato entre el tú y el yo. Necesito entrenarme durante un tiempo, quizás un año, con mucha conciencia en recibir mis estados de angustia en la soledad. Mi mayor alianza es la Naturaleza: la cueva, el río, el bosque, donde la escucha que puedo ofrecerme se incrementa.

No quiero verme a mi misma en el reproche. Lo que te pido a ti, me lo quiero dar yo. También quiero observar cómo es nuestra relación sin expectativas, si para observar este tipo de relaciones necesito bajar la intensidad del apego, a por ello voy.

-Madre interna –me pregunta la niña -¿Te has hecho presente para mi? ¿No vas a abandonarme?

-Estoy aprendiendo a quedarme, pequeña esencia. Lo que yo llamaba soledad era más bien el miedo que me daba hacerme cargo de mis carencias internas. ¿Cómo va a ser soledad si tú y yo están dentro de mi?… ¡vamos al campo a por piedras!   

La hipnosis regresiva y el viaje de nuestras relaciones

La hipnosis regresiva y el viaje de nuestras relaciones

Las relaciones de pareja son un excelente catalizador de nuestras sombras y de nuestras luces. Se pueden vivir como un contrato que prolonga el atrincheramiento de nuestras emociones, en muchas ocasiones a través de un pacto mutuo; o como una oportunidad para que, con la guía del deseo y el amor, despertemos a nuestras oscuras maniobras internas y nuestras potencialidades. Cuando en el seno de una relación salen a flote las aristas de nuestro carácter, se nos está abriendo una puerta extraordinaria para la indagación de lo que nos sucede.
Al entablar una relación de pareja, inevitablemente se dejan ver las estructuras dañadas de nuestras vivencias del amor. La hipnosis regresiva puede ahondar en esas situaciones que emergen y que nos cuesta manejar, generando mucha insatisfacción en un proyecto que, si bien apunta a la felicidad, desvela amarguras que no sabemos cómo abordar y que deterioran la relación a largo plazo.
La hipnosis ahonda en el origen del amor distorsionado. Puede revivir la cadena de acontecimientos que han quebrado el proyecto de confianza y fortaleza que necesitamos alimentar desde niños. Reanuda los cabos sueltos y abandonados a un nivel inconsciente que impiden ordenar las emociones y volver a retomar la pareja como un proyecto de crecimiento mutuo en el amor.
Cada persona que llega a nuestras vidas y permanece, poco o mucho tiempo, nos convoca a un viaje personal que puedes tomar. Accediendo a la mente profunda, se puede vislumbrar el sentido de todo lo que sucede. Si hemos tomado a esa persona, ha sido para acoger ese aprendizaje que está conectado a nuestras vivencias pasadas, en las cuales podemos encontrar alivio y sentido.

La mente profunda puede mostrarte el origen de un patrón de sufrimiento en tu relación de pareja en un momento de tu infancia, de tu experiencia del nacimiento o tu vida antes de nacer en el período de gestación en el útero. Otra manera de integrar los bloqueos actuales en tus relaciones es mediante una visión interna que te enseñe y te haga sentir tu relación con esta persona más allá de los escenarios actuales y te transporte a una vida pasada donde tengas la perspectiva adecuada para darte cuenta del patrón condicionante entre tú y el otro/a y tengas la energía y la libertad para elegir algo diferente que lo cambie todo en el pasado y en el presente, pudiendo salirte de un mecanismo automático o patrón que es tóxico, que te hace daño, y que te detiene en tu despertar hasta que consigues traspasarlo, superarlo, y elegir lo mejor para ti, la manera más creativa y nutritiva de relacionarte con alguien.

El viaje a través de la hipnosis regresiva es una experiencia completa donde participan los sentidos internos, la visión, el tacto, el gusto… etc las sensaciones corporales como ocurren en los sueños que tenemos cuando dormimos pero a diferencia de éstos en el viaje de la hipnosis la conciencia es plenamente lúcida. De esta manera podemos rescatar información experiencial sobre asuntos que nos importan mucho como pueden ser las relaciones afectivas de pareja o familiares, y disolver problemas actuales con la visión y la limpieza emocional que implica ver y revivir.

Este fin de semana(3 y 4 de marzo) convocamos en Sevilla un taller en grupo donde cada participante podrá ser acompañado al trance hipnótico y realizar su regresión. Por eso el grupo será reducido en número de asistentes para que cada uno tenga espacio y tiempo en las 12 horas que dura el taller El Viaje Interior. Hipnosis Regresiva.

También durante las semanas del 5 al 8 y del 12 al 14 de marzo podrás realizar sesiones individuales de regresión con Alfredo Calvo en Sevilla acordando una cita en Tlf-653271399 – counselingexperiencial@gmail.com

hipnosis gestalt regresión

 

Un viaje regresivo para la integración del deseo y el corazón

Un viaje regresivo para la integración del deseo y el corazón

Comenzamos la sesión de hipnosis regresiva. Previamente mantuvimos unas conversaciones donde fuimos perfilando qué era lo que estaba muy presente como una necesidad en este momento de su vida.

Estrella lleva años comprendiendo mejor el papel de su feminidad y su sexualidad en las relaciones que ha ido teniendo. Reconoce que cuando se ha focalizado en relaciones pasionales con mucha intensidad amorosa, se ha visto enredada a un patrón de relación donde el hombre se vuelve posesivo con ella, lo que le proporciona una experiencia de mucho malestar. Del mismo modo, cuando ha entrado en relaciones con hombres sensibles sentía una pérdida de su fuerza y motivación sexual. Pasión y sensibilidad en la sexualidad son dos polos muy separados dentro de ella.

Con esta información emprendemos un trance hacia dentro para descubrir si su viaje al inconsciente desvela de alguna manera sus patrones de relación con lo masculino. Le propongo tomar su comodidad física para la máxima relajación del cuerpo, que permanezca tumbada y con los ojos cerrados. Yo me siento cerca de ella y le facilito su entrada al inconsciente.

Inicio la hipnosis de forma que mi voz se convierte en su guía. Lentamente voy dándole una pauta para que acceda a su mente profunda con mucha concentración. Bajando una escalera hasta atravesar una puerta, dándole todo el tiempo y el ritmo que es adecuado para que ella penetre en el trance y abra su ensoñación consciente y empiece a descubrir lo que desea reconocer.

Ha entrado en la regresión.

Se ve como una indígena en medio de la selva. Le persiguen y ella corre entre los árboles, siente mucho miedo. Teme por su vida. Es un grupo de hombres y quieren matarla. Le pregunto por qué la persiguen y entonces se pone en contacto con una parte de ella: sus cualidades curativas. Narra en ese momento cómo tiene un contacto profundo con la selva, con la naturaleza. Esta le enseña todo lo que sabe, lo que le permite ayudar y curar a otras personas. Toma de la naturaleza todos los recursos y toda su sabiduría. Ahí encuentra su poder para sentirse una mujer fuerte y obtener su lugar.
Los hombres la alcanzan. Ella tensa su postura y cambia la expresión de su cara.

– ¿Qué sucede? -le pregunto. – Me están pegando, me violan. Siento mucho dolor.

– ¿Por qué lo hacen? -le vuelvo a preguntar.

– Porque les da miedo mi poder.

Al cabo de unos instantes ella se eleva sobre la escena, elige soltar ese profundo dolor y observar desde arriba lo que sucede.

– ¿Has muerto? -le interrogo. – No, solo me he elevado sobre la situación, pero no quiero este sufrimiento. Elijo morirme.

Viaja después de esta escena a otra vida. Se sitúa en el siglo XV. Es joven y trabaja en un lupanar donde su madre le obliga a prostituirse. Siente mucha tristeza por esta causa. Su madre está presente allí y apenas se comunica con ella emocionalmente.

Adelantamos un tiempo.

Han pasado varios años y tiene ahora una sensación distinta. Ahora está bien, tiene sentido lo que hace. Muchos hombres la eligen a ella para tener relaciones sexuales, pero ahora es distinto. Con todos ellos entabla una relación en la que ella les aporta confianza. Les habla al corazón y algunos hombres se permiten llorar. Ella les aporta consuelo, les otorga confianza. Se siente muy satisfecha, el deseo se torna un camino para hablar al corazón de los hombres y eso le hace encontrar un sentido valioso a lo que hace y se siente feliz. Llega a vivir muchos años. Al morir comprende cuáles son los parámetros del amor y su abundancia cuando se vive con la apertura con la que ella lo ha vivido. Amó a muchos hombres y fue feliz.
Posteriormente recorre dos escenarios más. Acude a una vida en la que su actual hermano es su marido. Lo ama apasionadamente pero él la maltrata. Su cuerpo activa las memorias y comienza a dolerle los brazos. El dolor se torna intenso. Se da cuenta de que está atrapada. Su amor apasionado la encierra en una relación dolorosa. Debe elegir traspasar la pasión en su viaje a la libertad, o permanecer en la frustración. Su cuerpo le informa y le pide que lo tenga en cuenta. Debe atender su dolor, lo esencial.
Al final acude a través de una progresión a los días futuros de esta vida. Se encuentra en su país natal, cerca de la naturaleza en la que dispone de una casa. Allí hospeda a gente que quiere encontrarse con su pasado, rescatar sus memorias y sanarlas. De nuevo, se siente bien.
La experiencia le permite entrar en un universo de sentido en el que el viaje del amor y la libertad entran en un juego esclarecedor. Su vida tiene un vínculo fuerte con las memorias pasadas de las cuales rescata conocimiento interno sobre lo que le conduce al dolor o le abre a formas más integradoras. La hipnosis le devuelve su necesidad de retomar sus códigos intuitivos, su conexión con la naturaleza desde la cual poder conducir su deseo. Orientarse hacia encuentros donde lo masculino y lo femenino se tengan en cuenta en sus formas más sensibles y menos posesivas.

La sensación al finalizar la experiencia es que sí es posible Integrar el viaje del deseo y del corazón.

Si quieres realizar tu sesión de hipnosis regresiva en un taller grupal, puedes asistir en Sevilla los días 3 y 4 de Marzo – ponte en contacto con nosotros.

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El poder de la satisfacción y el eneagrama

El poder de la satisfacción y el eneagrama

La gran mayoría de los conflictos humanos tienen que ver con nuestra incapacidad para manejar la presión que nos generan los diversos estados emocionales. La ira, la avaricia, la cobardía, el orgullo, la vanidad, el miedo, etc. Las emociones, cuales quiera que sean, vienen para informarnos junto con el cuerpo y despertarnos, para ponernos alerta. Cuando no se les da el espacio adecuado y se permite su expresión propia, quedamos atrapados en el pensamiento obsesivo, generando mecanismos de control y seguridad. Esto distorsiona el entendimiento natural del que estamos provistos los seres humanos a través de la compasión y la claridad del corazón.

Alimentar el conflicto es como una huida hacia adelante. Como no sostenemos la emoción que emerge en contacto con el cuerpo, nos ponemos a la defensiva y peleamos hacia fuera. Esto nos lleva siempre hacia escenarios de desconfianza. Construimos un guión en el que hay enemigos y culpables y con el tiempo, esta actitud, deriva en una verdadera adicción al litigio. Todos hemos conocido a personas que parece que tengan una necesidad obsesiva de llevar la razón, conduciendo sus emociones hacia una pasión enfermiza.

Alcanzar un manejo adecuado requiere de un compromiso honesto con la propia madurez emocional. El Eneagrama, una herramienta de análisis del carácter promovido en los años 70 por el boliviano Óscar Ichazo, y que hunde sus orígenes en antiguas tradiciones orientales, permite indagar este camino de compromiso. Revela cómo las personas vivimos la ilusión de la separación. Los individuos nos enfrentamos a una ruptura interna que nos conduce a sentimientos de abandono, de separación de nosotros mismos y de nuestra naturaleza. Es como una pérdida de la conexión con una especie de paraíso originario en el que la naturaleza, también las emociones, nos proveían de un material adecuado para llegar a la conciencia de nosotros mismos.

En este proceso profundamente instintivo, emerge el miedo, una emoción que nos cuesta muchísimo sostener y que nos acerca a la vivencia del vacío. No es casualidad que en el mundo cada año se inviertan tres trillones de dólares en defensa. Toda una maquinaria de desconfianza alimentada por el miedo. Si todo eso se invertirá en la ayuda mutua, quedaría más patente la abundancia de la que nos dota la naturaleza. El miedo, una emoción que viene a protegernos, a alertarnos, conduce a la pérdida de control, a la incertidumbre. Como respuesta a esta incapacidad de adentrarse en el miedo y de exponerse al vacío, los individuos construimos personajes que nos sirven para encubrir todas esas emociones. Se trata de máscaras que representan un papel bien aprendido. Un ejemplo puede ser el complaciente, que busca mantener la paz a cualquier precio barriendo los conflictos bajo la alfombra; o el insensible, incapaz de contener sus emociones y que fácilmente estalla en violencia.

Al final terminamos por conceder la autoridad a nuestros miedos, es decir, a lo que viene de fuera. Nos quedamos fijados en una mentira, viviendo del conflicto y de la máscara, dándoles todo el poder. Pero es aquí donde podemos desvelar la trampa que nos hemos tendido, porque la verdadera prosperidad está en la satisfacción y no en el miedo.

Retornar a nuestra naturaleza pacífica, generadora de placer y bienestar, pasa por indagar en nuestras pasiones, nuestras evitaciones y nuestras fijaciones. Esta es la posibilidad que abre el eneagrama.

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