Elijo Tantra, elijo sentir sutil.

Elijo Tantra, elijo sentir sutil.

No puedo evitar sentir lo que siento. Lo que siento lo siento. Le doy este poder al sentir y construyo mi brújula interna.

Sí puedo elegir sentir lo que siento en un lugar de densidad o de sutilidad. Tengo el poder de elegir cómo sentir lo que siento.

Tantra es elegir sentir lo que siento permaneciendo en la esfera de lo sutil. Cuando siento primero llega lo sutil y según las decisiones que tomo puede llegar lo denso.

Si a lo que siento le sumo lo que pienso de lo que siento, estoy densificando. Si cuando siento me quedo en el asombro y la curiosidad de observar lo que estoy sintiendo sin interpretarlo, permanezco presente en lo sutil.

El Tantra propone la observación del recorrido de la energía sexual desde lo sutil. Para ello hace falta soltar las amarras de los tres primeros chakras para permitir la elevación.

Lo primero que suelto es la expectativa. Esto es casi la mayor parte del trabajo del Tantra puesto que en la expectativa reside el ego y la mente. La energía sexual es un circuito autónomo que discurre por canales donde no está ni el ego ni la mente. Entrar en la órbita de la energía kundalini precisa atravesar resistencias y bloqueos hasta dejar el espacio para el misterio del presente.  

El vacío es la energía femenina en su máxima pureza y es el estado que formula la invitación a un espacio sin mente y sin tiempo donde habitar el desprendimiento de todas las capas: mente, expectativas, control, ego, roles, patrones, … Ninguna está invitada a la ceremonia tántrica y sí está invitada a su disolución en la fase previa cuando nos adentramos al vacío.

Para darle poder al vacío (la energía femenina universal) tomo la mirada a los ojos con mi compañero/a de Tantra, la plena atención en mi respiración y observación de todo lo que siento. Me ayuda ponerle palabras a lo que siento en una expresión desde el momento presente ¡sin añadir explicaciones mentales a lo que siento! -Dicen que el presente dura 7 segundos, así que si quieres expresarte desde la presencia plena no puedes alargar tu intervención más de ese tiempo ya que si lo haces estarías tirando de mente/pasado- Sí puedes respirar y volver a expresar actualizando el presente cada vez. La mente acelera la palabra, el presente te vuelve exquisitamente lento. Al Tantra se accede por la lentitud.

La entrada al Tantra es fría, es sobria, es a través del estado de meditación. Es necesario que sea así para que se filtren todos los movimientos automáticos que están solapados a la sexualidad: patrones, roles, ego, mente.

No hace falta sentir deseo por la otra persona para hacer Tantra, sólo estar disponible para trabajar con la energía sexual kundalini y darle poder a este circuito autónomo de experiencias y aprendizaje. Puesto que en el Tantra se disuelven todos los objetivos y expectativas… ¿Cómo puedes saber si al hacer Tantra con un compañero/a vas a realizar una penetración de los órganos sexuales? No lo puedes saber de antemano, te irá informando el presente, y al presente le daremos la atemporalidad para que se desarrolle: hemos entrado en el espacio de la lentitud suprema para que el corazón se abra a la intimidad. Estamos en el reinado de la Diosa, un mundo desconocido completamente por la mente, el ego, los roles, las expectativas y las fantasías anticipatorias. Así que no podemos saber nada de lo que va a acontecer en nuestra sesión de Tantra con otra persona.

Estamos en un acuerdo de encontrarnos para darle permiso a la presencia de la energía sexual. En postura de meditación uno frente a otro, soltamos la arrogancia de saber algo de lo que pueda pasar durante las próximas horas. Es un acto de desnudarnos en el ser. No sabemos nada. Y sólo puedo sentir lo que siento ahora mismo. Si le doy de verdad el poder a mi energía sexual le otorgo la confianza de que esta energía sagrada me lleve a lo que me toque ese día habitar: quizás es una experiencia de sanación y no de éxtasis. ¿Le doy el poder a mi energía sexual? ¿Estoy disponible a aceptar lo que hay para mi en cada momento? ¿Quiero soltar mi expectativa verdaderamente?

Este lugar de vacío no es fácil de habitar para muchas personas: aparecen muchas emociones del pasado, como la vergüenza o el miedo, y la cabeza se acelera queriendo controlar la situación. Quizás tomo roles conocidos que me aportaron seguridad en el pasado, como complacer, seducir, dominar, o someterme.

Como estamos soltando la expectativa: todo está perfecto como sucede. Dar pasos al vacío es soltar todo lo que viene. La mejor manera de soltar es nombrar en voz alta lo que estoy vivenciando de la manera más neutral posible.

El entrenamiento primordial del Tantra es habitar el vacío ¡se llama meditación! Es el punto de partida para que la Diosa nos dé la bienvenida a su espacio sagrado. Dándole el primer lugar a lo femenino.

Lo femenino es la nada. Lo masculino es el todo. Lo femenino y lo masculino se encuentran para crear una nueva vida. Si es nueva, parte de la nada. ¡Empezamos el Tantra permitiendo la Nada!

Siento vergüenza de no saber lo que vamos a hacer. Me da miedo no excitarme sexualmente. Estoy muy excitado ya y me cuesta permanecer en esta lentitud. Me frustra la lentitud. Estoy feliz de mirarte a los ojos. Estoy confiando en este espacio. Me acabo de dar cuenta de que me resulta muy cómodo no tener expectativas. Comienzo a sentir intimidad contigo. La intimidad se abre cuando percibo que no esperas nada en concreto de mi, salvo estar ambos presentes en esta energía sin rumbo conocido. Siento placer de estar aquí.

Cuando empiezan a caer capas. La intimidad se vuelve una experiencia del presente: ya estamos donde queríamos estar. Aquí y ahora, sin expectativas y sin saber lo que va a ocurrir. El corazón se pone en primer lugar. La energía femenina de la mujer y del hombre se pone en primer lugar. Estamos disfrutando de un momento de aceptación del otro o la otra sin esperar nada en concreto. Este espacio de aceptación facilita que aparezca el sentimiento de amor y que el corazón se abra.

Cuando el corazón se despierta podemos invocar lo que salga de nuestra inspiración.

Invoco mi energía sexual para que abra mi corazón a estados de sentimiento como la gratitud y el gozo. Invoco mi energía sexual para que me ayude a abrazar mi fragilidad y a entrar en la ternura. Invoco a la diosa que hay en mi. Saludo al dios que tú eres. Reconozco tu honestidad y tu libertad. Agradezco tu presencia amorosa. Abrazo mi amor propio…

La invocación proclama donde quiero enfocar mi energía. Le pide a la ceremonia tántrica (donde dos se vuelven unidad) que la energía generada se focalice en una dirección. Se pide y se suelta la expectativa concreta: ¡No queremos volver al control!

La invocación ya me está aportando lo que invoco cuando lo nombro. Porque la palabra es energía y cuando estoy con el corazón abierto esta vibración del sonido aporta satisfacción. Abriendo la posibilidad de generar mayor manifestación cuando la energía sexual se aviva y añade fuego al foco nombrado. Esto es parte de la Magia Sagrada Kundalini (MSK)

Cuando atravieso el portal del vacío y me adentro en la dimensión del Tantra, dejo al otro lado a mi personaje

El Tantra no es una serie de técnicas para tener mejores relaciones sexuales ¡esto le encanta al personaje! Vivimos con un personaje egoico y hay que motivarlo para que le apetezca hacer Tantra, si bien con la profundización todo se convertirá en una aventura arriesgada y absolutamente incierta ¡muy apasionante! El Tantra Sí es un camino espiritual para abrazar la sombra, abrir el corazón, habitar estados de gratitud, gozo, amor… ampliar infinitamente la experiencia orgásmica donde desaparece por completo el concepto orgasmo y en su lugar son recibidos los estados orgásmicos que incluyen una inabarcable gama de experiencias creadas en el presente de la unión sexual referidas al éxtasis, a la fusión, a la unidad, la magia, el amor incondicional, al gozo, al vacío, a la presencia, a la sanación y limpieza de sombra.

¿Cuántos tipos de orgasmos tienes? En la sexualidad no sagrada se suele considerar orgasmo a una eyaculación en el hombre y a un orgasmo de pico en la mujer. Esto es una visión limitada de la sexualidad. Si orgasmo es otra expectativa más, para hacer tantra es necesario soltarla por completo. Es que incluso para hacer Tantra … ¡no puedes tener la expectativa de hacer Tantra!

Abro mi corazón a los estados orgásmicos, los cuales sólo los puedo experimentar en el presente cuando ocurren en la unión sexual con mi compañero, especialmente y también en mi soledad cuando enciendo mi energía sexual y sigo su propuesta. A veces se me presentan como una oleada de unión con el universo. Otras veces es un recorrido de gozo por todo mi cuerpo. Otras veces es una vibración en mi útero que se expande a mi pecho en forma de amor. A veces es un sentimiento de fragilidad exquisito que me lleva de viaje al abrazo con mi niña interior. A veces es fuerza y poder, otras es silencio y vacío. Me encanta disolverme en la totalidad como si saliera de mi cuerpo y de mi identidad con plena conciencia.

La meditación que nutre la apertura a la sexualidad sagrada puede ser dinámica como una danza o un masaje: ambas propuestas aumentan la activación del hemisferio derecho del cerebro a través del tacto y las sensaciones corporales. Si le añado la palabra que nombra el presente o la invocación, comienzo a soltar, limpiar, sanar y a generar magia.

La mirada a los ojos, el intercambio de alientos, la órbita microcósmica y macro a través de la respiración conjunta y la conciencia energética, la colaboración con el vacío, la expresión de la palabra del presente y la invocación, la meditación, la danza y el masaje con atención suprema… todo esto permite la dimensión del Tantra y crea el espacio sagrado para que florezca.

La unión de la energía sexual comienza desde lo sutil. Volvemos a invocar la lentitud. Antes de entrar en contacto físico nos hemos tocado con la mirada. Antes de darnos un beso nos hacemos conscientes del intercambio de aliento en la distancia. Cuando acortamos esta distancia ponemos la atención en el circuito de energía que se configura en la dualidad que somos: un extremo de la polaridad en lo masculino, otro en lo femenino, uno yang y otro yin.

La postura yagyum (lo masculino en postura de meditación sostiene a lo femenino sentado encima con las piernas entrelazadas) nos acerca considerablemente para poder tomar una meditación conjunta. Desde lo sutil y energético lo femenino penetra con el pecho a lo masculino. Desde lo sutil y energético lo masculino penetra en el vientre a lo femenino. Lo masculino recibe en su pecho la energía femenina. Lo femenino recibe en su vientre la energía masculina.

Así se configura el circuito: las bocas se unen en un intercambio de alientos, cerrando las comisuras de los labios para que entre el mínimo aire del exterior. Cuando lo femenino inspira por la boca, lo masculino expulsa el aire desde la boca (lo masculino se vacía completamente de aire) … entonces lo femenino penetra sutilmente el pecho de lo masculino. Ahora lo femenino expira (lo masculino inspira) y es penetrada sutilmente con la energía de lo masculino por su vientre. Así configuramos un movimiento energético circular para generar un trance, un vacío mental, un estado de fusión y de unidad energética, una embriaguez amorosa, donde el polo positivo o masculino se completa con su polo negativo o femenino, y viceversa. La danza infinita del yin y el yang.

Toda la experiencia se desarrolla aún desde el contacto sutil o energético. Cuando el corazón está abierto y la entrega sin mente(sin ego, sin roles, sin expectativas) está siendo en el aquí y ahora, podemos jugar todo lo que queramos con el lingam y la yoni, el pene y la vulva, las deliciosas frutas de la sagrada energía sexual con una premisa, preservar el espacio sin expectativas y poner el foco en los estados expandidos del corazón… por eso podemos parar el movimiento, cambiar de posturas, regresar a la danza, a la palabra, volver a la activación del motor genital, ponerle palabras de amor (¡haya o no haya enamoramiento!)

Este espacio de la Diosa puede tardar un tiempo en abrirse: quizás dos minutos si la pareja está muy sincronizada en Tantra o quizás dos horas ¿importa el tiempo? El tiempo es una de las expectativas mentales que está destinada a disolverse, por eso invocamos la atemporalidad o la eternidad del momento presente.

Las acciones desacostumbradas disuelven lo mecánico y nos colocan en un impacto en el puro presente. El Tantra es la gran invitación a descubrir cada instante de vida con la presencia en la energía sexual.

Saludo al lingam del dios que se presenta en mi espacio de intimidad

ese elemento de la anatomía del hombre elegido para encarnar a mi dios interno,

sabe perfectamente llamar a la puerta de mi templo y abrir mi corazón desde dentro.

Mi presencia en la diosa que yo soy se lo recuerda con exquisita dulzura y vacío,

hemos conquistado juntos un instante fuera del tiempo que se despliega como una experiencia de eternidad,

mi pecho es una cascada de agua pura y sentimiento que nos precipita hacia el abismo,

su vientre es la fuerza de la vida poniendo dirección hacia el sol.

Cuando caemos nos desprendemos de todo y saltamos a la otra realidad,

¡el salto cuántico nos coge por sorpresa!

Pareciera un salto insalvable y peligroso… y se convierte en un baño de agua fresca con la manguera de la azotea como juego de niño y niña salvaje.

Elige Tantra, elige sutil.

Sana Musa

Te animo a participar en mi taller de Tantra esta semana santa en Buhosfera – Algodonales, del 5 al 9 de abril.

¿Te reprocho o me hago cargo de mi niña interior?

¿Te reprocho o me hago cargo de mi niña interior?

Es curioso cuando una persona tiene la posibilidad de echarle una bronca a otra. Se mueve una relación de poder que a veces no está nada clara. Los padres pueden si lo desean reprimir a sus hijos pequeños, adoctrinarlos, controlarlos, y someterlos a castigos. Cuando esto ocurre entre dos personas adultas es un fenómeno muy curioso si lo consigues mirar desde una perspectiva neutral y alejada de la situación.

Sólo te puedo echar una bronca, ponerte en crisis, cuestionar tu modo natural de ser, invalidarlo, amenazarte, hablarte mal, maltratarte… si resuena con tu propia bronca interna, tu juicio, tu invalidación, tu automaltrato, tu inseguridad a ser amado por lo que eres, tu falta de hábito interno de amor propio por lo que eres, no por lo que haces o demuestras ser.

Te cuestiono con rabia y esto toca un botón dentro de ti de reactividad, justificación, defensa, y generador de perturbación que al final te toca digerir a ti en tu propio organismo, y transitar un rato de desagrado aún finalizada la conversación.

Me he propuesto no emplear ni un ápice de mi energía en meterme en perturbaciones a dúo y voy a ser absolutamente leal con el cuidado de mi foco.

Esta determinación me ha llegado después de una bronca con un compañero y a través de la compasión del corazón.

Pude permanecer en la templanza y no sentirme provocada en la visceralidad. Yo soy muy visceral con lo cual esto es un logro de la energía. Esto me permitió tiempo ralentizado para observar lo vapuleado que se sentía mi interlocutor por mi reproche.

Reprochar, echar en cara con juicio…

Si yo te reprocho, tú te sientes reprochado ¿y cuál es el problema? ¿quieres ser intachable, inmaculado, impecable todo el tiempo? ¿quieres sentirte amado a través de la aprobación incondicional, del reconocimiento y reaccionas con ira cuando recibes lo contrario?

Cuando cortamos la comunicación después de atravesar la ola emocional en cada detalle, pensé, me habla en plural porque vive la bronca que le echa lo femenino, como si llevara un cartel en la frente que dijera “si es mujer vierta su reproche en mi, por favor, para que yo pueda reaccionar y expresar mi ira acumulada” Cada día una sesión de azotes, para actualizar el maltrato de la infancia de niño reprendido por mamá y traicionado por ella al entregarlo a la ira castigadora de papá.

No quiero contribuir a esto y quiero salirme ya. Estoy fuera. No quiero leer la historia personal de los niños varones maltratados y acercarme a ellos a tocarles los botones de la regresión a la infancia. Son patrones densos y pegajosos, me atrapan porque me resuenan, y acabo en la expresión de reproches a una persona libre que no me debe nada. Cuando entro en el reproche yo me convierto en una víctima de las acciones que realizan los demás, las que me elevan o me hunden, poniendo mi atención y mi poder en algo externo a mí.

Quiero hablar con mis reproches y comprender cómo puedo darles mi atención para que no vayan tocando botones a la persona que me ama, y que por este motivo conviertan el espacio amoroso en un espacio de desconfianza.

Qué hago con eso que espero de ti y no llega cuando lo deseo, no me complace, cuando me lo das ya no lo quiero o lo recibo con absoluta neutralidad porque no ha sido una respuesta a mi impulso vital de deseo cuando se originó.

Queda al descubierto mi niña en la carencia. Esa que no tengo integrada del todo porque en mi identidad me conté que en mi infancia fui feliz y tratada como una persona inteligente por papá y mamá.    

Abrazo a la niña ahora. Quiero darte algo que te guste mucho.

-Un paseo por el campo y buscar piedras para el Temazcal.

A mi niña le encanta el Temazcal. Se siente de nuevo en el útero y recupera toda la salud, rodeada de su tribu, en la oscuridad del interior, con las abuelitas que calientan la cúpula y nos hace sudar y aligerar.

Esta actividad le encanta a mi niña. Es de esas actividades que la niña interior está incluida en la realización profesional de la adulta con lo cual la satisfacción es real.

Qué curioso investigando sobre mi reproche he llegado aquí: a la niña interior y mi relación con ella.

No más escapatoria de atender esta parte de mi. Por eso en esta etapa de mi vida he elegido la soledad en cuanto a que no busco vinculo de pareja. Ya basta de perpetuar el maltrato entre el tú y el yo. Necesito entrenarme durante un tiempo, quizás un año, con mucha conciencia en recibir mis estados de angustia en la soledad. Mi mayor alianza es la Naturaleza: la cueva, el río, el bosque, donde la escucha que puedo ofrecerme se incrementa.

No quiero verme a mi misma en el reproche. Lo que te pido a ti, me lo quiero dar yo. También quiero observar cómo es nuestra relación sin expectativas, si para observar este tipo de relaciones necesito bajar la intensidad del apego, a por ello voy.

-Madre interna –me pregunta la niña -¿Te has hecho presente para mi? ¿No vas a abandonarme?

-Estoy aprendiendo a quedarme, pequeña esencia. Lo que yo llamaba soledad era más bien el miedo que me daba hacerme cargo de mis carencias internas. ¿Cómo va a ser soledad si tú y yo están dentro de mi?… ¡vamos al campo a por piedras!   

Me desidentifico de la bronca.

Me desidentifico de la bronca.

Yo soy la observadora de mis estados internos.

Ayer fui a una charla de Sergi Torres y se convirtió para mi en una experiencia de meditación hasta la ligereza y la alegría genuina. Por el motivo que sea Sergi me sirve, es llave de mi puerta al desapego de todo lo que aún se agarra a mi identificación. Y si es fácil, lo tomo con sumo gozo.

Me aparece la bronca que reproduzco en una relación de intimidad. Es una relación de intimidad en concreto pero sé que si no fuera esa, ¡sería la siguiente!. En el teatro donde estamos todos concentrados en el hilo conductor de la palabra de Sergi se configura una envoltura de protección donde la mente se apacigua y cesa de generar provocación a través del pensamiento.

Le doy el poder a la observadora que existe en mi interior. Invoco la presencia yo soy y de repente todo adquiere una consistencia de ligereza y asombro. Todo es susceptible de ser observado con curiosidad y con una mirada inocente que no sabe y que no quiere saber, ni interpretar.

Empieza una fiesta en mi interior que quiero alimentar. El compañero Sergi me trae el recuerdo y lo recibo de inmediato como si no existiera el paso del tiempo, y todas mis historias personales perdieran su solemnidad. Ahora puedo jugar con lo que viene y va dentro de mi.

Voy a por la bronca.

-Te saludo justiciera del dolor. -le expreso a una parte de mi que está tomando forma -Cuando sientes dolor, identificas la persona detonante de ese dolor y quieres que vea tu dolor de forma amplificada. Si bien para que lo vea me obligas a mi a revivirlo, así consideras que el otro no tiene escapatoria. Reconcozco tu mecanismo y hoy decido no donar mi energía para este proyecto tuyo.

-Que no se te olvide salvajilla que yo te defiendo de la humillación de haber sido dañada -expresa la justiciera.

-No hay humillación. Solo es contacto, solo es dolor, y el presente me permite la nueva realidad cada segundo ¡no me hagas volver atrás! Muchas gracias por tu buena intención… Sólo te suelto sin que por ello me vaya a llegar un premio de reconocimiento… ¡amo mi ligereza!

-No olvides la traición, si la olvidas te traicionarán de nuevo con mayor desagravio -la justiciera hace bien su función de provocación, y se mantiene en su posición.

-Tengo una herida de traición en mi historia personal. La nombro y la observo. Quizás sea así o quizás no. Aquí y ahora sólo son palabras. Aquí y ahora estoy yo observando todas las voces que me cuentan la realidad. Tengo el poder de mi presencia y elijo el asombro y la suavidad del estado de meditación ante todos los instantes.

La provocación que recibo desde mi interior ha sido integrada con una energía en espiral. Mi energía física me ayuda para la gratitud de todo lo que emerge de mi. Cada vez que me alío con mi provocación, yo soy la primera en caer. Elijo la observación y el ahorro.

Antes de concluir la charla tengo una sensación de gozo juguetón. Sergi se acerca a una mujer que perdió a su madre y aún vive el dolor, sin saber si es apego al pasado o interpretación o qué. El le anima a que toque ese dolor.

En ese momento yo toco mi dolor de la bronca. Me meto para dentro y cierro los ojos. La ingente energía convocada en el teatro está absolutamente disponible para mi y la voz de Sergi hablando con esta mujer me la apropio en mi foco de atención. Siento el dolor de esta bronca… siento el dolor… lo respiro hasta el presente donde se disuelven todas las voces que me dicen cómo tengo que reaccionar… ahora el dolor se ha quedado solo en mi foco de atención y no tarda mucho en pasar… dentrás de él aparece el deseo. Esto me hace sonreir profundamente.

Sanación de lineas temporales.

Sanación de lineas temporales.

Miro al pasado y me arrepiento de las decisiones que tomé o de las que no tomé. Asumo que fue así pero aún me trae pesar. Me conozco la narración de mi pasado, a veces de años no muy lejanos en el tiempo, a veces de mi infancia. En mi infancia precisamente no me acuerdo de todo, quizás no recuerde escenas importantes. Los recuerdos son los pensamientos que yo me cuento una y otra vez para configurar lo que ocurrió. Me lo repito y no me doy cuenta que estoy interpretándolo. Creando creencias deterministas sobre la realidad.
Ahora he descubierto una nueva vía de sanación en este laboratorio que tengo con mi compañero. Lo llamamos Lineas Temporales.
Existen muchas posibilidades de realidad que quedaron sin usar en mi configuración y por eso no las recuerdo. No las manifesté en la materia, si bien aquí y ahora las puedo manifestar en un plano sutil y tendrá un efecto en mi. La sanación es el efecto. De nuevo me enfrento al momento crucial cuando podría con una acción diferente haber elegido otro curso de realidad. Ahora me doy todo el permiso para tomar otra línea temporal. Voy descubriendo los cambios que van llegando. Cuando tomo una decisión diferente a veces todo parece igual o peor. Tengo que seguir buscando y reconociendo más decisiones nuevas que incorporar a la realidad hasta quedarme totalmente satisfecha con la configuración, en un estado donde siento que estoy en mi centro. Reescribo mi pasado si me doy permiso. El tiempo no existe.
Me dirijo a la escena que considero puede contener toda la carga de angustia que gestioné con demasiado sufrimiento. Mi nueva elección me va a descargar de sufrimiento aunque quizás no dependa de una nueva decisión si no que requiera revisar un tramo de decisiones y aceptar la aparición de nuevas escenas en mi pasado. Todo esto lo voy a crear con diferentes recursos que impacten en mi sensibilidad y cambien mi percepción subjetiva de la realidad.
Me permito el máximo alivio, me doy espacio para crear con mi imaginación, emoción, estados internos, mi expresión y mi movimiento corporal la nueva realidad. Me acoplo a otra línea temporal y la voy contando registrando el impacto del cambio. El registro del impacto es lo que ajusta mi subjetividad y me abre a posibilidades en el mundo sutil, facilitando soltar los nudos del pasado y recuperar mi energía. Cobran importancia otras personas.
Me salgo del sufrimiento. Ya no pienso… si yo pudiera volver a ese momento actuaría de otra forma. Simplemente lo ejecuto y voy respirando las nuevas escenas.
El sufrimiento es signo de que estoy postergando aprender una lección existencial. Ahora ya la he aprendido, puedo volver al pasado y cambiarlo en mi subjetividad, de este modo mi aprendizaje se incrementará, se confirmará, y mi energía regresará a mi centro.
Deseo que mi energía regrese a mi y no quede perdida por laberintos emocionales del pasado. Llamo a mi energía como si fuera un animal de poder leal a mi.
Estamos preparados para comenzar la sesión de líneas temporales.
Estoy en julio de 2018. Tengo una entrada para el Festival Lost Theory del 12 al 19 de Julio de 2018. En principio iba sola con él al festival. El ha invitado a ella para que vayamos los 3. Yo estoy enamorada de él, él está enamorado de ella y ella de él. Esta es la escena que elijo de partida del viaje de reestructuración.
Ahora tomo una nueva decisión y cambio de línea temporal. Decido no ir al festival. Esto me pone en contacto profundamente con el duelo de no ser la elegida por él. Ellos se van juntos al Festival.
El duelo se intensifica durante 5 días de manera brutal. Para pasarlo elijo a Juan y un viaje a las playas de Portugal. Tomamos MDMA y el dolor me lleva también a mi pasado anterior donde aún tengo cosas que limpiar. La humildad me elige. No estoy en forma. Hice trampas, huía de mi pasado. Y el dolor pendiente me ayuda a limpiar el dolor actual.
Algo ha cambiado significativamente. La conciencia de que tengo límites se me hace muy presente. No puedo con todo y el deseo y el placer no hacen desaparecer las cosas que me duelen. Solo los limites tienen la cualidad de cuidarme y mitigar el dolor. Cierro puertas para que aparezcan experiencias nuevas que potencien mi estado de paz.
Cuando me encuentro con él. El refuerza la alianza profesional que tenemos juntos. Yo me siento muy vulnerable en la convivencia en la misma casa. Emerge una nueva decisión que me está llamando con una fuerza poderosa. Quiero que sigamos viviendo juntos pero sólo si hacemos terapia semanal con un terapeuta que nos ayude a gestionar los límites y los cuidados. También emprendo terapia individual con otro terapeuta. Pido el apoyo para este proceso terapéutico de mi madre y de Juan. El acepta. Aquí el aprendizaje sobre los límites, la renuncia, la vulnerabilidad, los cuidados se dispara. He cambiado de línea temporal.
El y ella modifican su relación. No se configuran nunca como pareja y sí como amantes. El consigue poner sus límites también y se da cuenta de lo mucho que aporta a una mujer simplemente siendo su amante. Se da espacio para esta experimentación.
Yo voy con mi amigo Pepe a ceremonias de ayahuasca. Limpio mi pasado con el dolor.
Hemos realizado esta sesión de líneas temporales atendiendo el impacto emocional de la nueva realidad. Durante las horas siguientes hay un reajuste emocional intenso hasta que mi subjetividad se alivia a niveles profundos.
Esta propuesta de trabajo se puede realizar de muchas formas. En el Taller Santa Locura del puente de diciembre próximo la realizaremos de forma grupal generando escenas y tomando el impacto de reconfiguración.
Si quieres soltar tu pasado realmente, date esta oportunidad.
En el pasado reside una gran cantidad de energía anudada en sufrimiento. Aquí y ahora puedes recuperar esa energía para cambiar tu realidad del presente y poner el foco en lo que te hace brillar, te hace gozar, te incrementa la satisfacción. Nada te impide viajar en el tiempo y cambiar los escenarios salvo tus creencias de que el pasado no se puede cambiar. Todo reside aquí y ahora y desde este lugar podemos operar soltando los nudos emocionales y usando ese energía para crear la realidad deseada. Somos Magos y Magas… si nos damos el persmiso.

Si quieres cambiar tu destino de linea temporal, dando un salto, te proponemos este taller, pues trabajaremos con este enfoque entre otros:

Abrazo mi sombra en ti

Abrazo mi sombra en ti

El conflicto en la relación que inflama los egos es una oportunidad para abrazar la sombra. Suele ocurrir que las personas implicadas en el desencuentro quedan ofendidas cada cual por sus motivos. Parece que emerge un tiempo de espera para restituir con nuevas habilidades de diplomacia el agravio acontecido. Si bien esto es una opción que queda en la superficie de la relación.

Frases en la mente como me ha utilizado, me ha maltratado, me ha excluido, no me ha cuidado, ha roto mi confianza… hablan de la ofensa del ego que exige al otro o a la otra un tiempo de reflexión, una mirada diferente, unas palabras necesarias para saldar el daño.

Cuando traemos este conflicto entre dos, a la sala de trabajo aparece una lupa que amplifica el detalle y nos permite ir más allá de la sensibilidad herida: nos permite entrar en el reconocimiento de la herida y el acto de poder.

Le doy valor igualmente a la posibilidad de aprender a escuchar al otro con su sensibilidad, aprender a pedirle al otro como quiero que me trate, y como quiero que me escuche. Aprender a cuidarme yo en mis relaciones dándome cuenta de mis límites, verbalizando mis límites para que los escuche yo y los escuches tú.

El otro parece el otro, el origen del conflicto por la relación. Si bien el otro es en realidad un escenario que yo construyo para ponerme en juego y desplegar mi conflicto interior.

Lo repito con otras palabras: yo misma desde mi inconsciente busco a la persona o personas adecuadas como ayudantes en la emergencia de mi conflicto interior. Se visibiliza mi pelea interna que es una defensa de un lugar de vulnerabilidad que me da miedo habitar. Me aterroriza. Le aterroriza a mi ego, el tirano que reina en mi psique cuando yo no quiero atravesar mis vulnerabilidades y recurro a la defensa como automatismo. ¡Me defiendo!

Hiere mucho por eso lo pongo fuera.

Digo hiere, y no digo que duela. No es dolor. Es quemazón insoportable, escozor, irritación, es veneno, son ganas de vomitar, es fiebre, es obsesión. Pero no es dolor. Cuando duele me convierto en un ser humano que siente su vulnerabilidad, soy una con lo que siento y el otro deja de tener el foco de mi energía, porque mi energía la necesito para sentir lo que estoy sintiendo, todo mi cuerpo la reclama cuando lo encarno sin huidas a mirar de frente mi herida que ha sido tocada y a tomar el poder de abrazarla con amor propio, con paciencia, con presencia, con compañía interna.

Puedo elegir la oportunidad de abrazar la sombra que el otro (o la otra) me facilita articular, ponerle cara, ponerle nombre, comprobar los estados donde me lleva, y elegir minimizar el sufrimiento, salirme de la película… ralentizarla, ir más lento para recuperar el poder de la presencia y toda mi capacidad de darme cuenta.

Ahora vamos más lento.

Estamos en el taller de Procesos para la Transformación Personal, un espacio creado en Buhosfera para vernos todos y todas, incluso los facilitadores, quienes por ser 3 nos permitimos salirnos del rol completamente si el trabajo lo pide, lo cual suele ser un regalo.

Llega a la revisión una escena de la convivencia ocurrida el mes pasado el domingo a la hora de comer. Hay queja en el trato. Hay mucha irritación en una de las partes implicadas. La otra está ahora en la calma observando por dentro todo lo que se mueve. En el momento de los hechos ambas partes se mostraron enfadadas y con contención para no desatar y expresar la ira directa.

Con una voz cargada de dulzura y amabilidad, poniendo mucho verbo para tomar el centro de atención con contundencia y agarre, diciendo aquí estoy yo sin decirlo directamente, expresando rabia camuflada en dignidad y adornada con una petición formal de diálogo orientado a recibir una merecida disculpa traspapelada en la bronca de origen.

La rabia se hace presente en mi plexo. ¿Le damos el espacio a esta noble emoción? Esta emoción que viene a darle fuerza a nuestros límites en la relación con los otros y que posee el poder de la serenidad para desde las tripas darle soporte a toda la energía sutil del corazón.

¿O seguimos camuflándola para que parezca que somos bondadosas personas que no se enfadan y que conocen y respetan los canales amables de la sociabilidad, evitando los conflictos que nos hacen despertar nuestros dones ocultos en el instinto reprimido?

Yo soy amiga de las emociones que entran en la escena para traer al instinto a su lugar de sabiduría natural.

La rabia está llamada a desalojar las razones de la cabeza y a tomar el vientre para devolverle la fuerza útil como tierra firme donde generar autoapoyo. En su versión más integrada, la rabia es soporte sereno con variadas utilidades, entre ellas está la expresión de nuestros límites a nosotros mismos y a los otros, si bien la rabia es la energía del hígado que nutre al corazón y por eso nos sirve para tomar la serenidad que le da expresión a nuestra vulnerabilidad, que le da expresión al amor y al deseo, que suelen ser las hazañas humanas que requieren mayores riesgos de exposición. La rabia es nuestro leal animal de poder que regresa a su sitio adecuado en el cuerpo físico cuando le damos el reconocimiento en nuestra vida.

El niño malo que se queda sin el amor. La niña mala que no es digna de la ternura. Elaboradas formas sociales de manipulación del instinto que nos distorsiona la autonomía, la fuerza, la perseverancia, el coraje, y el suelo firme donde construir nuestros sueños de amor y libertad desde la originalidad del ser.

Hoy no quiero facilitar trabajos de diplomacia. No quiero que los niños hagan esfuerzos por ser buenos, se pidan perdón por el mal comportamiento y así volver a recibir el amor condicionado, así una y otra vez hasta que el instinto queda enjaulado y encerrado en el sótano, y con él todo su poder.

Hoy quiero que os miréis a los ojos y observéis que sóis un espejo el uno de la otra. Resonando en esta herida en la autonomía que te aleja del uso sereno de la energía del instinto.

Cuando te abrazo, abrazo mi herida reflejada en ti y la traigo a mi corazón. Te abrazo a ti quien ha tocado mi herida y ha actualizado el dolor. Este hecho es una gran oportunidad de elegir el amor propio a través de la relación. Amando a mi niña que llamaron mala porque poseía un animal salvaje en las tripas con un sofisticado instinto para orientarse de manera natural. Amando a mi niño que acusaron de malo porque tenía un radar infalible en el olfato de su instinto y por este motivo no se dejaba manipular.