Llevo la mirada atrás, a cuando tenía 45 años, y veo mi proceso personal. Releo una agenda que rescaté recientemente de entre mis cajas de recuerdos. Me trae una vivencia intensa el hecho de ver los propósitos escritos: lo que quiero mejorar, ideas para mi vida, intenciones que por entonces sentía como vías de crecimiento. Me gusta ver como he seguido mi naturaleza intuitiva que ha ido tomando las invitaciones y las respuestas a todo aquello que he sentido correcto para mí.
Rescato algunas anotaciones. Escribo un propósito: “visualizo frecuentemente lo que deseo para mi con detalle y con la confianza puesta en que la vida es sobre abundante”. Uno de mis deseos era avivar mi terapeuta, por entonces en proceso de formación. También avanzar en una forma de vida más comprometida conmigo y menos conectada con la matrix. Ahora puedo ver el camino y reconocer que el poder no ha dejado de fluir incesantemente hacia mí. La vida me acompaña.
La vida está hecha de fe, de magia, de espera, y lo que más me ha servido es potenciar la conciencia y deshacerme de cualquier auto reflejo, no quedarme fijado en mi importancia personal, al mismo tiempo que me enfoco en mis dones y concentro toda la atención en mi energía como lo más genuino. No es fácil desprenderse del inventario de la razón y del auto reflejo.
Este proceso de desarrollo me ha llevado misteriosamente a entender el chamanismo como la mejor vía de crecimiento espiritual, y a la naturaleza como una aliada imprescindible. Reconozco que, si miro al niño que fui, en el pueblo en el que me crie, puedo ver perfectamente mi amor a la vida, a la magia, a la energía creadora y a la naturaleza. La vida me devuelve al lugar genuino al que me lanzó. Soy fuerza de vida transmutando en mis células hacia la conciencia. Lo tomo.
Verdaderamente estamos hechos de una naturaleza mágica. La ecología de nuestro ser es lúcida, chamánica, amorosa, guerrera. Despertar mi chamán ha supuesto entender que estoy en manos del poder, que mi pequeño yo solo tiene que rendirse al potencial increíble de la vida y responder a ella con entrega creativa. Experimentar los viajes psicodélicos me han empujado en esta visión porque me han desvelado esta misma naturaleza intrínseca, sin el engaño del ego.
En esa misma agenda detallo algunas de mis experiencias vividas en estado de conciencia expandida con la ayuda de la psilocibina. Fueron mis primeras tomas acompañadas de mi compañera Susi a la que agradezco su iniciación. Releo y conecto con la profundidad que alcanza mi comprensión. Veo la coraza de mi corazón; comprendo la relación que existe entre vivir y manifestar el amor; veo el papel existencial de mis padres y mis hermanos para mi; entiendo como todo evoluciona en una delicada danza entre el orden y el caos; experimento una visión muy consoladora de la muerte de mi madre y del papel sacrificial de mi padre; comprendo como mi poder personal se apoya en mi corazón y mi palabra; me doy cuenta de lo sanadora que es para mi la risa y la importancia de acariciar mi pecho; y entiendo lo importante que es centrar la atención en la luz que trae cada persona…
Me doy cuenta de varias cosas en este camino. He tenido que acercarme a mis heridas esenciales y recapitular mi pasado para despertar mi poder. Solo despertando la vida del corazón, puedo soltar el atrapamiento que genera la vida del tonal. Y también comprendo como la apertura de la comprensión y la intuición que experimento, me acercan a las posibilidades de sanar mi mirada, mi vida emocional y de abrirme a una actitud de abandono y confianza en la vida. Sanar la sombra pone a mi disposición todas las cualidades espirituales.
Despertar mi guerrero – brujo pasa por armonizar mi energía con la naturaleza y entregarme a la intuición. Acechar mis patrones, limpiar y purificar mi propósito, me han traído un hombre nuevo. Ahora: invoco a menudo; creo mi diálogo chamánico interno con mi presencia yo soy; confío en el sonido de mi tambor; tengo más presentes a mis ancestros y guías; escucho la vida sin juicio; me entrego con facilidad al no-hacer; amo el silencio; me adentro en la entrega al amor con rendición y confianza; escucho el campo unificado a través del péndulo; indago en los sueños; respeto mi energía; entreno el acecho; deseo los viajes extáticos; escucho el impulso de mi intuición, etc.
Despertar mi poder interno es un propósito de vida que me completa.
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Del 24 de Febrero a partir de las 20h (llegada), al martes 28 de Febrero a las 14h.