Tras años de explorar la mente profunda a través de la hipnosis y las experiencias de ampliación de la conciencia veo que, como ser humano, estoy abierto a un campo de información extraordinario. Emerge del ámbito inconsciente y supra consciente, y puedo acceder activando cualidades simples del cerebro que despiertan el cuerpo sutil y la comunicación energética.
Existe un nivel de funcionamiento de la frecuencia cerebral, los estados Alfa e inferiores, en los que se mitiga la actividad de la mente especulativa y se abren otras funciones de la mente intuitiva y conectiva. Aquí se amplían las posibilidades de la percepción. La hipnosis como un proceso de sugestión inducida que disminuye la actividad analítica, da acceso a experiencias que activan niveles de conciencia extendida real, en las cuales la experiencia visual se conecta con la emocional. Esta aventura resulta transformadora.
Mediante estos estados se puede acudir a memorias de esta vida con extraordinaria nitidez, y revisar un escenario emocional que necesita ser recapitulado. Las escenas del pasado fluyen con una energía actualizada, lo que permite movilizar nuevos recursos conscientes para sanar. También se puede ahondar en la experiencia uterina, donde se rescatan sensaciones con las que recordar aspectos esenciales para la vida: la actualización de la experiencia del amor, de la elección y del propósito de vida.
El acceso a otras posibles vidas facilita desvelar con contundencia patrones que se nos repiten y en los que estamos implicados existencialmente. También aprendizajes poderosos con los que despertamos a una mayor sabiduría. Por último, los espacios entre vidas y las progresiones al futuro, nos ponen en diálogo con arquetipos, entidades y potenciales internos con los que podemos actualizar aspectos esenciales de nuestra vida.
Sea para aplicarla a la sanación personal, a la búsqueda de respuestas de vida o a la mera prospección de los universos internos, los estados modificados de la conciencia, los estados no ordinarios de la conciencia, son el verdadero camino de acceso a la energía sutil que gobierna, como si de un sistema operativo se tratara, la realidad que nos configura. Y se puede acceder a ellos mediante un sencillo trabajo personal de concentración.
Es el campo cinabrio, una especie de rejilla energética que todo lo enlaza, el Tan Tien o campo de la alquimia interior según la filosofía oriental. A este campo propongo volver. A nuestra naturaleza auténtica de seres mágicos.
Nuestro cuerpo está diseñado para manejarnos con esto. El ADN almacena códigos lumínicos que interactúan con campos de información. También la glándula pineal es una interface piezoeléctrica que traduce la información de origen químico en eléctrico y viceversa.
Me fascina ver como en este campo sutil, existen todas las posibilidades. Porque el campo denso (materia organizada en la dimensión espacio tiempo y accesible a los sentidos físicos) se configura en función de cómo está programada la información del campo sutil (campo energético que responde a la conciencia del observador). ¿Quién es el Observador que ha creado este modelo? Llámale Fuente, Gran Espíritu, Intento… como quieras. Lo que puedo comprender y transmito ahora, es que mi condición de ser humano me hace partícipe de esa cualidad ordenadora del campo sutil. Lo que lo hace posible se llama conciencia.
Mi conciencia es una emisora – generadora de orden o complejidad, según elija. Lo que emito en este campo es un laboratorio, un experimento que configura mi universo. Elijo ordenarlo, en un estadio más alto.
Descubro que, si entiendo las posibilidades que me ofrecen las herramientas de mi conciencia, puedo operar en él para transformar la realidad sutil del campo energético que, a su vez, está programando la configuración del campo denso, es decir, mi realidad inmediata. La intención es más fuerte que el programa, ¿Cómo lo comprobamos? Solo sé que dios existe si yo me hago dios.
Llegado a este punto, me doy cuenta de que el salto real que requiere este cambio de paradigma mental, pasa por la fe. Para mí la fe es: creer que existe un orden más completo, que confiere coherencia y sentido a toda la realidad, más allá y más acá de mí mismo, con poder y conciencia, y que yo puedo participar activamente de este poder a través de mi “no hacer – despierto”.
La fe comienza cuando logro experimentar el vacío donde se despliegan todas las posibilidades. Como ahí existe todo, todo está disponible. Por lo tanto, elijo lo que quiero. Al elegirlo, lo creo. En realidad, lo que hago es creerme “a pies juntillas” que atraigo la experiencia fuera que primero he creado dentro. Y vamos a ver qué pasa…
Mi mente atrapada en la materia densa, está excesivamente implicada en el control, la gestión ordinaria y la estrategia de supervivencia. Del mismo modo está secuestrada por las emociones primarias que arrestan el corazón y ocultan nuestros potenciales más elevados. El miedo a la herida primordial que todos tenemos, por ejemplo, despierta las mil caras de la soberbia y la defensa. Esto implica absorber mucha energía y nuestros recursos mágicos quedan sepultados. Nos quedamos como esperando, encadenados a una realidad fáctica. La sombra es adictiva. El inconsciente nos compra ideas pobres y nos empuja a repetirlas. Y mientras esto sucede, no estamos creando, porque hemos llenado el vacío. El vacío da miedo.
Ser nadie (anonadarse), vaciar la importancia personal, es un buen comienzo para empezar a despejar nuestro poder. Escapar del hechizo del ego y modificar la percepción, me permiten alcanzar nuevos niveles de energía enfocados.
A estos niveles accedemos con las herramientas de la conciencia, son estas: la intención apoyada en la palabra precisa. La imaginación y su propiedad activa, la visualización creadora. Y la emoción que colabora para configurar estados elevados, lo que llamaremos el llenado. Con ellas entreno este “no hacer – despierto”, una alquimia de la presencia transmutadora. No hacer y a la vez, sentir que estás creándolo todo con poder. Soy dios.
La imaginación y la emoción son los recursos combinados más poderosos para acceder a esta magia. Si despejo la intención y la recojo en un pensamiento claro, entonces comienza la alquimia ¿Qué quieres crear?
SEGUNDO. Entonces, a partir de la intención concretada y expresada en palabras, prefiguro eso que deseo en mi imaginación. Su herramienta, la visualización creativa, supone activar y recrear la experiencia imaginativa a voluntad. Es decir, elijo activar en el campo de la imaginación eso que he pensado. Represéntalo, completa los detalles de lo que ves, desenvuélvete en ese espacio, completa todos los elementos que necesites en la visualización para imbuirte en lo que ves. Toma el sentir. Experiméntate en eso que has completado. Realizar algunas visualizaciones guiadas, ayuda. Es un recurso imaginativo que, cuando se practica, te lleva a lo que llamamos un estado modificado de la conciencia en una frecuencia Alfa del cerebro. Consigues un estado enfocado donde, si sabes practicar, atender y esperar, comienzan a emerger los detalles nítidos y te incorporas a la experiencia de lo visualizado.
TERCERO. A continuación, se despierta el sentir, se hace presente la emoción que colabora a completar el estado. Los estados emocionales elevados son lo que nos interesa. Se trata de experimentar en su forma más completa dentro de la visualización un estado emocional lo más abarcante posible y que previamente hemos deseado: plenitud, satisfacción, alivio, felicidad, alegría, compasión, amor, comunión, etc. Permitimos que el estado emocional deseado nos tome, se haga presente lo más intensamente posible y que complete la experiencia de visualización. Entonces practicamos el llenado. Respiramos profundamente varias veces con esa emoción hasta sentir que, verdaderamente, se ha completado emocionalmente dentro de mí eso que he deseado. Nótalo esbozando una leve sonrisa. Todo tu cuerpo lo toma.
CUARTO. En último término te percatas de este estado: el “no hacer – despierto”. Lo cuento en primera persona, el camino aquí puede ser más personal. Es el ámbito donde la fe viene a tomar un lugar coherente y me trae un contacto con el poder interior. En este lugar necesito tomarme mi tiempo. Me llega una peculiar sensación de que lo que he creado desde el estado modificado de la conciencia, atrae la realidad invocada. Todo está a mi favor, me despierta un sentimiento de esperanza. Es un estado de certeza no cognitiva, una convicción. En mí, la expresión es: me rindo ante el poder que se manifiesta en mi interior. El corazón sentiente toma anchura, paz. Me confirma que eso está ya materializado en el campo de la realidad sutil y que se destilará, no sabemos cuándo, en la realidad densa que hemos prefigurado. El poder ante el cual me rindo, lo hará. Una mezcla de rendición y fe que da como resultado un estado de plenitud. Suelto el cómo se hará eso. No lo sé, escucharé las señales. Y aquí me siento participando de un poder superior e interior, que me sobrepasa y me contiene, del que formo parte. Me quedo sin palabras. Suelto.
La activación del campo sutil comienza a configurarse cuando alcanzamos a experimentar un proceso completo de coherencia en estas tres funciones: el deseo conectado con mi propósito, el sentir auténtico y la congruencia en el universo de la percepción consciente. Ocurre así en los procesos terapéuticos que transforman los bloqueos y patrones de cara a la sanación.
Atraemos de esta manera el mismo poder que está presente en la realidad, y que ha permitido que toda la energía que existe esté manifestada. Nosotros estamos en el campo en el que esta energía se mueve porque, como seres humanos, somos una forma elevada de la manifestación de Dios que aflora en niveles de conciencia.
La energía sigue al pensamiento con intención. Cuando ponemos energía en configurar estados emocionales orientados a crear la realidad que queremos, estamos acertando a activar un potencial extraordinario: crear la realidad desde el campo de las energías sutiles a las que tenemos acceso por la conciencia operativa.
Volver al campo, a la naturaleza auténtica que somos, nos ajusta con la vida. Rescatar las energías sutiles, la magia, la activación de nuestro poder creador, despierta la percepción y nuestra capacidad intuitiva directa, donde podemos desenvolvernos de una manera más armonizable con nuestros deseos. ¿Te lo crees? Compruébalo. ¿No te lo crees? No pasa nada, ni pasará…
Muy buen aporte. Gracias por compartirlo.