La naturaleza del espíritu humano individual es novelesca: cada cual tiene dentro de sí un rebelde transformador o un genio, un poeta o un intérprete de las estrellas. Unos u otros albergan un amante pasional o un creativo loco; un despertador del subconsciente, un investigador lúcido o un artista singular. Cada cual tiene su especificidad con la cual proyectar su vida de forma única y alcanzar altas cuotas de satisfacción. Son cualidades heroicas inscritas y observables a través de la revelación interior. Pero una cierta sordera nos aqueja.

La sordera es una incapacidad específica para oír lo que ocurre dentro de ti. Bien es verdad que estamos sometidos a un ruido infernal.  Al ruido ideológico que nos obliga a alinear nuestra vida con creencias externas aceptadas. Al ruido tecnológico: las máquinas se han colado en nuestra vida y nos inducen infinidad de rutinas. Y para rematarlo, el ruido de lo irrelevante que reproduce la permanente acción comercial y mediática, orientada a la mera distracción. Esto apaga las posibilidades de la conciencia. Nos sume en una espiral de insatisfacción y nos enreda, atendiendo las condiciones escasas de lo externo y  olvidándonos de las fuentes inagotables de lo interno.

Somos una especie, la  humana, acostumbrada a tensar la mente. Hablamos por hablar y tenemos miedo a no encajar en el mundo. La mente proyecta ilusiones de seguridad y estabilidad porque la mente humana es infeliz en la incertidumbre. Sentir es, a menudo, verdaderamente incierto. Por eso estamos en una permanente huida de la desesperación individual sin aceptar que nada es seguro, lo cual hace que escapemos de sentir.

Creo que hay que echar mano de una verdadera rebeldía para elevar la percepción y confiar en la sabiduría interna.  Esta se manifiesta en la espontaneidad: en lo inesperado emerge información que nos permite darnos cuenta de cosas verdaderamente nuevas. Dentro de nosotros/as existe una energía organizada suficiente como para conectar con nuestra genialidad impredecible y clara.

La energía forma todas tus células, y las células de tu cuerpo son inteligentes, saben actuar independientemente de tu cerebro. Hay una inteligencia extraordinaria, una sabiduría y un orden que permite a cada célula saber cuál es su misión, y tú ni te enteras. Estamos ante una energía inteligente que lo es todo, que es la fuente creadora. La energía está en todas partes haciendo maravillas. Los átomos son capaces de unirse entre ellos para formar las moléculas, para formar todas las cosas. Cuando entiendes lo que es la energía caes de rodillas. Hay que amar esa obra, tal como se muestra, sin críticas, porque somos aprendices de esa sabiduría. La energía tiene el propósito de llevarte a la perfección, a la sabiduría total. La naturaleza es un libro abierto en el que se puede aprender todo: la relación, la armonía, el equilibrio, la fuerza, el orden… Si aceptamos que todo lo que forma la energía es inteligente, nuestra percepción de la realidad se amplía, se ensancha. Entonces nuestro papel en esta vida es reaccionar menos, elevar nuestras percepciones, y comprender más. La energía tiene un sentido de perfección. Juan Echegaray, doctor en Biología, catedrático de la Universidad de Santiago de Chile (La Vanguardia 27 de febrero 2018)

Existe un flujo de conocimiento al interior de las células. Este saber, cuando se confía en lo inesperado, llega al modo de una revelación o epifanía. Abrimos a una ecología de las emociones supone desvelar nuestra propia naturaleza, salirnos de la sordera interna y aceptar escuchar lo que se siente para ponerlo en primer lugar. Porque la vida es un misterio que combina la oportunidad, la experiencia emocional y la visión interior. Solo así rescatamos la genialidad. Rendir la mente tensa supone eliminar las instrucciones externas y abrir un espacio de oportunidad mediante el abandono a lo que sucede, dentro y fuera de nosotros/as. Si aceptamos esto, entonces se abre la conciencia a la belleza, la maravilla absoluta de la vida. Hay un montón de experiencia emocional viva, de risa y de santa locura almacenada en cada persona que sale de la mera estrategia de la supervivencia y acepta sentir, acepta despertar.

Si te interesa adentrarte en esta experiencia, participa en alguno de nuestros próximos talleres: